No, no voy a escribir sobre las vacaciones, que dicho sea de paso, ya apetecen …
Hoy ha sido uno de esos días en los que me aparecen en mi humilde cabeza dos personajes muy típicos de los dibujos animados: un ángel y un demonio.
No sé bien a quién atribuirle cada papel, pero el hecho es que uno se ha esforzado en decirme que salga a correr, que piense en las sensaciones «post» y en el ratito «contigo mismo» que el correr supone, que siga con la idea de buscar una «energía alternativa» para afrontar lo que queda de semana … que algún día imite a Ron Hill, ¡que lleva desde 1964 corriendo cada día!
Por otro lado, el otro personaje me ha insistido en que todo tiene su momento. Que hoy es un buen día para parar, dejar tranquilas las piernas y los pies, aprovechar al máximo las horas con la familia, disfrutar de un baño en la piscina con lo peques, etc.
Como decía, cada uno verá el ángel y el demonio a su manera. Al final he pensado que lo mejor era parar … ni que sea por unas horas y sin que sirva de precedente.
Estas últimas semanas están siendo muy intensas en todos los niveles. A nivel laboral se han traducido en afrontar nuevos retos en la misma empresa, de los cuales estoy muy ilusionado y creo que hemos iniciado con buen pie y a buen ritmo. Una nueva etapa con proyectos retadores encima de la mesa y grandes personas a mi lado ¿Qué más se puede pedir?
Por otro lado, probablemente la meteorología no ha acompañado para hacer de julio un mes «200km», pero en cambio las sensaciones son muy buenas. En este sentido, los dos últimos días han sido un reencuentro. El lunes una buena tirada de 15 km con Ramón y Oriol, con un poco de todo: subida a Collserola, tierra, bajadas y asfalto los 3 últimos km. Cada unos con sus propias sensaciones, en mi caso con un placer enorme.
Ayer martes una super sesión en la cinta, al más puro estilo «hamster», de menos a más y pensando ya en los nuevos retos: BSS, Maratón A Coruña, Berlín … veremos a ver.
Por eso hoy tocaba parar. Tocaba pensar un poco y escribir lo que se me ha pasado por la cabeza y ser consciente que esto no para, que cada día pasan cosas nuevas, que cada día podemos aprender de los que tenemos cerca y que tenemos que aprovecharlo y disfrutarlo y sobretodo, como dice Paulo Coelho: «En la vida hay muchas cosas importantes, pero lo más importante es que la cerveza esté fresquita» 😉